A veces caemos en la tentación de pedirle alguien de nuestro entorno, que habla muy bien, que oficie la ceremonia civil para hacerla más cercana. Pero ¿le encargaríamos el banquete a nuestra madre porque cocina muy bien y es comida casera?
Nuestra madre, y todos nuestros familiares y amigos, están invitados a tu boda para pasar un día de fiesta, no para trabajar. Por mucho cariño que le ponga y mucha imaginación que tenga, le pondrás en un compromiso y el resultado no será nunca igual que si lo hace un profesional.
Vuestra boda no es un juego. Lo que vais a hacer es algo muy serio y debe parecerlo. Cuanto más cercano sea el oficiante, menos serio parecerá y si no es demasiado cercano, se habrá perdido el objetivo inicial.